SAN JERÓNIMO. Leonardo Da Vinci

El cuadro al que voy a hacer referencia me lo ha sugerido el libro que estoy leyendo: «Leonardo Da Vinci. La biografía», de Walter Isaacson. Esta obra de San Jerónimo se encuentra en la Pinacoteca Vaticana, en los Museos Vaticanos. Y la información la he tomado de varias fuentes diferentes que voy a ir intercalando para que haya conexión. Al final citaré las fuentes para quien lo desee pueda consultarlas.


El cuadro fue un encargo que recibió Leonardo Da Vinci hacia el año 1480. Obra que nunca acabó, probablemente debido a su marcha a Milán, o como escribe Isaacson en su libro: «Leonardo se iba por la tangente, en sentido literal, enfrascado en problemas matemáticos que no consistían sino en un mero pasatiempo». Este pudo ser otro motivo por el que muchos de sus cuadros quedaran inacabados. La adoración de los Reyes Magos y la Batalla de Anghiari, forman parte de este grupo.
La obra aparece en el inventario de bienes heredados por Salai, un discípulo y ayudante de Leonardo. Después fue propiedad de la pintora suiza Angelica Kauffmann, en Roma. La página del Museos Vaticanos dice que: «la cita más antigua con respecto al San Jerónimo data sólo del comienzo del siglo XIX, cuando se menciona, atribuyéndolo a Leonardo, en el testamento de la pintora suiza» Al morir la artista los rastros se pierden hasta que el cuadro fue encontrado en posesión del cardenal Joseph Fesch, un tío de Napoleón.
En cuanto al estado en que fue encontrado el cuadro por el cardenal, me gusta más la versión que da la página de los Museos Vaticanos: «Según la tradición, el cardenal halló el cuadro dividido en dos partes: la inferior, utilizada como tapa a una caja, se encontró en el depósito de un ropavejero romano, mientras que la parte con la cabeza del santo, la tenía un zapatero, con la cual había creado la superficie de un taburete. Dejando a un lado la historia novelada, la tabla resulta realmente cortada en cinco pedazos. Tras la muerte del cardenal, el cuadro fue subastado y vendido varias veces, hasta ser reconocido y adquirido por Pío IX para la Pinacoteca Vaticana»
Aunque el cuadro está inacabado, se ve la composición al completo. Este santo se ha representado de diferentes maneras, según el artista que lo haya realizado, y Leonardo lo representó como penitente en el desierto.
Llegando a este punto me hago la pregunta de ¿por qué Leonardo elige  la imagen de San Jerónimo anciano, demacrado, sin apenas dientes, en posición de meditación y ante un paisaje nebuloso?
Es difícil saberlo, no se lo podemos preguntar, pero leyendo su biografía, el autor lo define como una persona que se mostraba oscura y angustiada aunque sus contemporáneos lo considerasen como una persona amistosa y afable; lo cortés no quita lo valiente. Y en sus dibujos y cuadernos nos puede dar a entender que su mente era «febril, imaginativa, maniaca y, en ocasiones exaltada»
El San Jerónimo de Leonardo Da Vinci, representa una etapa que el santo pasó en el desierto sirio de  Qinnasrin (Chalcis) para llevar una vida ascética, hacer penitencia de sus pecados y donde tradujo la Biblia al latín. Esta decisión la tomó cuando, a su llegada a Antioquía, dos de sus compañeros que le acompañaban en el viaje fallecieron, y él cayó enfermo varias veces. En una de estas recaídas, San Jerónimo tuvo un sueño que le hizo dejar sus estudios y consagrar su vida a Dios. Lo narra en una de sus cartas, «Carta XXII, A Eustoquio»
Con el brazo derecho extendido, en el que Leonardo expresa sus conocimientos de anatomía, San Jerónimo sostiene una piedra para golpearse el pecho y cumplir penitencia. En el rostro, es donde mejor expresa la postura dramática y transmite su extrema delgadez, expresión que consiguió el artista estudiando cráneos humanos y haciendo dibujos en sección de huesos y de dientes.
El león, que ocupa una parte importante del cuadro, es un elemento que forma parte de su iconografía. Aparece sentado a los pies del santo, ya que se convirtió en su compañero cuando San Jerónimo lo encontró arrastrándose por culpa de una espina que tenía clavada en una pata y este se la extrajo.
Dice Isaacson, que fue en este cuadro de San Jerónimo donde mejor puso de manifiesto Leonardo Da Vinci la unión de «los movimientos del cuerpo con los del alma» (…) y donde con mayor intensidad manifiesta que «sus pinturas, en conjunto, son psicológicas y dan rienda suelta a su deseo de retratar las emociones»
Hay un «detalle desconcertante» que describe el autor de esta biografía que si no lo conocéis, puede que os sorprenda como a mí. El cuadro lo pintó Leonardo hacia 1480 y, «sin embargo, parece incluso reflejar» en la obra los conocimientos que adquirió sobre disecciones en 1510. Se refiere al cuello de San Jerónimo. En un dibujo que hizo de Judas, hacia 1495, para la Última Cena, dibuja de forma errónea el esternocleidomastoideo, músculo que va «desde la clavícula hasta el lateral del cuello» como si fuera uno solo, cuando en realidad es un músculo doble. En cambio, en los dibujos que hizo a partir de 1510, los hace de forma correcta. La pregunta que entonces nos planteamos es: ¿si en 1480 Leonardo aún no había realizado dichas disecciones, como las pudo reflejar en el cuadro de San Jerónimo? La versión de Martin Clayton, conservador de los dibujos de la colección Windsor, en la que están incluidos los dibujos de Leonardo Da Vinci, es que el cuadro fue pintado en dos fases diferentes: la primera en 1410 y la segunda en 1510, tras haber realizado las disecciones. Esta versión se confirmó tras realizar un análisis con infrarrojos que «demostró que los músculos dobles del cuello no formaban parte del dibujo original, sino que se pintaron con una técnica distinta» Hecho que hace pensar a Martin Clayton que muchos de los cuadros inacabados de Leonardo, el artista los guardó con la intención de mejorarlos a medida que fuera ampliando sus conocimientos.

Una última curiosidad:
Un examen detallado de la superficie de la pintura de San Jerónimo, revela la presencia de las huellas dactilares de Leonardo, especialmente en la parte superior izquierda de la composición. Leonardo usó sus dedos para distribuir los pigmentos y crear un efecto de enfoque suave en el cielo y el paisaje.

Fuentes consultadas:

http://www.museivaticani.va/content/museivaticani/es/collezioni/musei/la-pinacoteca/sala-ix---secolo-xv-xvi/leonardo-da-vinci--s--girolamo.html

http://www.theartwolf.com/exhibitions/leonardo-jerome-met-2019-es.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/San_Jer%C3%B3nimo_(Leonardo)

«Leonardo Da Vinci. La biografía», de Walter Isaacson