Si algo me fascina,
es caminar por calles que sorprenden con hermosas fachadas, no solo desde el
punto de vista arquitectónico, también porque llevan una
historia pasada detrás.
La fachada se encuentra en la calle Hortaleza, 106-108, en el barrio de Justicia de Madrid. Corresponde a un edificio que resultó de la unión de dos solares diferentes cuyos propietarios, también diferentes, eran el marqués de Falces −en esta época y si no me he equivocado en la cronología, era el XIV marqués de Falces, José María Velluti Zbikowsky− y Doña Sofía Murga.
Joaquín Saldaña, fue un arquitecto madrileño muy conocido y solicitado por las clase alta de Madrid a comienzos del siglo XX. Construyó palacetes y casas señoriales que llegaron a llamarse el «Estilo Saldaña»
Frontón que corona el cuerpo principal, escalonado con formas curvas y con un óculo en su centro
Fue considerado un gran representante de la arquitectura madrileña, cuyo trabajo «presenta unos rasgos muy homogéneos» y tuvo una gran influencia de la arquitectura francesa de los siglos XVII y XVIII. Conceptos como: cosmopolita, neobarroco, eclecticismo, definen su estilo a la hora de diseñar los elegantes edificios siempre adaptados a los gustos de las clases más pudientes que querían estar a la moda.
Entre 1900 y 1920 Joaquín Saldaña fue una gran figura de esta tendencia arquitectónica, supo interpretar con gran soltura y creatividad, lo cual le convirtió en el arquitecto preferido de la población más adinerada de la sociedad madrileña.
Las fachadas de Joaquín Saldaña cobraron gran protagonismo con el prestigio palaciego que representó en ellas mediante: órdenes de columnas, balcones abalaustrados, rejerías muy elaboradas, áticos abuhardillados y abundante ornamentación escultórica. Sin renunciar al gusto demandado por sus clientes, introdujo elementos y detalles del nuevo estilo.